domingo, 2 de mayo de 2010

Valorar lo que es invisible a nuestros ojos

Es importante contemplar cada uno de los momentos que la vida te entrega, mas aun si esos momentos son originales. Siento que tanto los momentos breves, como las experiencias largas y fuertes tienen el mismo efecto en nosotros, cautivan y enriquecen el alma.

Si la vida que llevamos cada uno de nosotros día tras día, en este mundo cada vez mas individualista y competitivo, y el cual prima el consumismo y la superficialidad para denotar protagonismo en este sistema social trucho (como lo he dicho otras veces), es obvio que tarde o temprano la simpleza y la sencillez para ver belleza mas allá donde tus ojos observan, se irá perdiendo cada vez mas la magia de cautivarte con cosas que te sorprendían.

Por lo tanto, forjar continuamente la llama de la sensibilidad, es una tarea que cada uno es responsable, ya que de aquella sensibilidad es posible incursionar por una gran puerta secreta e invisible, y el individuo que la atraviese estará mas cerca de ese desarrollo integral y espiritual, el cual finalmente te conducirá por el camino de la sabiduría.

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